miércoles, 14 de octubre de 2009

IRREVOLUCION Y PATRIARCALISMO POLÍTICO

IRREVOLUCIÓN Y PATRIARCALISMO POLÍTICO

El socialismo que se busca instaurar en Bolivia, sencilla y llanamente, es la expresión de la barbarie social, aunque por otro lado, a esa barbarie ejercitada por el MAS, yo digo que es el cucu, ese que nuestros abuelos invocaban cuando uno no quería comerse la sopa; por supuesto, que debido a este cucu político, desordenado, brutal, terrorista, los niños de derechas, ya empiezan a portarse educados y andan medio rectos; asimismo ese cucu socialista, esa irrevolución del masismo, nos ha planteado la necesidad de pensar en un cambio estructural del país. Claro, y si han aparecido en Bolivia el socialismo, el comunismo, el indigenismo y otros ismos políticos, no ha sido para parir más burgueses, que para eso estaban el MNR, MIR, UCS, ADN y las transnacionales –pues en realidad son muy uninacionales–, sino para espantar burgueses que le metían mano al Estado, por donde podían, pero no, el socialismo irrevolucionario del MAS, ha hecho nuevos burgueses hasta de las piedras. Por el momento, socialistas irrevolucionarios, comunistas, indigenistas, indianistas, sinmiedistas, cortesanos, condes y condesas y todos los sindicatos del hampa político del país, debieran empezar, si se quiere cambiar el estilo de hacer política, por desodorarse el rabo con un poco de sprais para matar moscas y cucarachas, no otra cosa tienen en la cabeza y entrañas; además, estoy convencido, de que a los irrevolucionarios del MAS, como García Linera, les gusta la sangre, peor aún, viven sedientos de sangre, son cómo el frankenstein –joven– de sus primeros experimentos, a estos patriarcas irrevolucionarios les gusta la hemoglobina y la carne.

Algunos librepensadores, hemos venido durante este tiempo, tratando de hacer una especie de periodismo literario político, es decir, ni más ni menos, que una “autopsia de la tiranía masista”, devenida muy pronto en un totalitarismo totalizador, en el que lo ideológico se sobrepone a la cotidianidad de la gente, así como un patriarcalismo, aberrante, por encima de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; eso nos demuestra la lista de diputables, senables, ministrables y presidenciables, para las elecciones de diciembre.

Más allá de que se aluda, ufanamente y con tanta alharaca, de que Evo Morales es el presidente del Estado Plurinacional, el patriarcalismo político no sólo es excluyente, sino que además, se ha convertido en una política de Estado. Wirginia Wolf, en “Una habitaci{on propia”, denunciaba cómo el machismo había invadido hasta la interioridad de las mujeres, yo no creo que algún masista u otro político en Bolivia, se atreva a rebatir esta afirmación, porque el MAS y todos los partidos políticos, son tremendamente patriarcales; la señora, Ana María Romero, por ejemplo, terminó sucumbiendo a esta lógica perversa, pues, de defensora de los derechos y un marcado antipatriarcalismo, termina sumándose a las filas de un movimiento, como el MAS, mucho más patriarcal que el chancho y el asno, juntos; yo pienso, que es urgente una larga y soberbia reflexión sobre el patriarcalismo en la política nacional. Porque esta práctica ha hecho de nuestra sociedad, no sólo violenta, sino que también se mueva bajo el manto de la confusión, la proliferación, la fecundación, el fervor desmedido, el hermetismo, la aglomeración, el desorden y, sobre todo, el lambisconeo, preguntemoslo, sino a Evo Morales, cómo le hace para dejar la botas bien lustradas, del más grande bufón que ha dado Latinoamérica en este siglo, Chávez.

Bolivia, ha sido (y es) de siempre una sociedad patriarcal; la descolonización masista al parecer intentaba poner fin a esto, pero, nos encontramos, ahora, con que además de ser patriarcales somos populoizquierdócratas; algunos patriarcas de la política, para nuestro bien han empezado su retirada (Látigo Rodríguez, Vázquez Villamar, Carlos Borth, Tuto Quiroga, Antonio Peredo, Walter Guiteras…) y dejan la arena política, Dios quiera, para vivir una segunda maternidad; aunque para tranquilidad de estos padres de la patria, ya aparecen en escena, los nuevos burgueses de izquierdas, muy diplomáticos cuando menos y sanguinarios en más, ocupados todo el tiempo, en hacer un show mediático bélico; ya he dicho, que la diferencia entre unos y otros, estriba en que, los neoliberales van a misa de 8 de la mañana y los masistas, a wilanchas y limpias de brujería.

Podríamos hasta creer que los irrevolucionarios de izquierdas y los decadentes neoliberales de derechas, parecen ser un mismo perro pero con distinto collar, no, para nada, son los mismos mastines y chihuahas de siempre y con el mismo collar; “la política de la irrevolución y el patriarcalismo político, sigue siendo putrefacta”, pero, mucho más, cuando nos damos cuenta de que los políticos sufren una hipertensión por el poder, posiblemente, ya hayan caído en una insuficiencia renal crónica, por eso algunos han optado por irse de consulta con el urólogo.

Iván Castro Aruzamen
Téologo y filósofo
Profesor de derechos humanos



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