sábado, 27 de noviembre de 2010

MONSEÑOR TITO SOLARI

MONSEÑOR TITO SOLARI

Fiel al Evangelio de Cristo, monseñor Tito Solari, ha sabido hablar al pueblo de Dios en lengua sencilla y en símbolos cotidianos, corrientes: por ejemplo, una mujer con dolores de parto; un comerciante obeso que posee varios puestos en la Cancha; la mujer insatisfecha con sus maridos y que busca uno nuevo; los condenados a la calle, la acera o el portal de alguna iglesia (los sin techo); los niños y adolescentes instrumentalizados por los traficantes de droga en el Chapare. Hasta ahora, yo no he escuchado, a Tito Solari, como ser humano, pastor, obispo, sacerdote, misionero, cristiano, que haya invocado ninguna historia que esté (o lo aleje) lejos de los hombres y mujeres de este país. Consecuente con su opción evangélica, en todos estos años como cabeza de la Iglesia local y referente de humanidad, cuántas veces habrá comido con labriegos, campesinos y k’epiris, devuelto la esperanza a enfermos y caídos, escuchado a mujeres, hombres, niños, ancianos de aquí de allá o de arriba y abajo sin ningún rencor ni complejo alguno.
Monseñor Tito Solari sintetiza muy bien eso que vengo diciendo sobre el catolicismo nacional: “por un obispo justo puede salvarse toda la Iglesia boliviana”. Seguro existirán otros prelados justos. Pero, con este obispo de andar pausado, alto, desgarbado y manos huesudas, y, sobre todo, un aura de persona en quien nada de lo que es la familia humana, le es extraño, los pobres nunca estarán solos. Este pastor de la arquidiócesis de Cochabamba, no ha necesitado realizar huelgas de hambre o militar en ideología alguna para amar a un país y su gente, como al suyo propio. Monseñor Solari es un hombre que tiene un enorme don para la comprensión y un raro talento para la amistad.
Y hablando de justo a justo, quiero contarle al Señor obispo, cuando escuché sus admirables declaraciones, las oí como todo padre de familia lo haría, preocupado, por el futuro de sus hijos. Lo que ocurre a aquellos que han salido a denostar su imagen (políticos, sindicalistas, dirigentes, marxistas, socialistas, ateos) es que no han logrado amordazar ni drogar del todo la conciencia particular (personal) de culpa y complicidad en este flagelo de la producción y tráfico de drogas. Pues, hasta un ciego es capaz de ver cómo nos encaminamos hacia un narco estado.
Con monseñor Solari nos viene al recuerdo, esa Iglesia que en estos dos mil años de historia, ha tenido etapas prodigiosas de denuncia y compromiso. Y el precio que ha tenido que pagar, Solari, por dar razón de la esperanza cristiana, ha sido soportar el peso de la mano parkinsoniana y vengativa del masismo. A pesar de eso, que monseñor les bendiga a todos.

Iván Castro Aruzamen
Teólogo y filósofo

domingo, 21 de noviembre de 2010

El RETROSOCIALISMO

EL RETROSOCIALISMO

El presidente no se explica –y eso es ya, además, de cómico, absurdo, para un primer mandatario– y en vez de explicarse y explicarnos en un lenguaje claro y distinto, sobre lo que está pasando en el país, prefiere enredarnos en la barra de la lengua –que ya sabemos que nos rebasa por delante y por detrás–. Ya he anotado en alguna parte que, el presi Morales es lo pueril de la llamada izquierda en Bolivia y, a su lado, García Linera no es más que un rostro pálido.
Mientras los gobernantes del Estado Plurinacional, se toman fotos, beben mate de coca y derrochan los impuestos de los bolivianos en las rodillas negras de ñusta (Claudio Ferrufino-Coqueugniot) del Presidente, el mundo no para de girar, pero, tampoco el hambre, el desempleo y, los que sufren violentamente contra su humanidad, son siempre los pobres, los más pobres y los pobres entre los pobres. Y no puede ser que el rodillazo artero, cobarde, marica del primer futbolista frustrado de este país, en contra de los testículos de bronce de un ciudadano común, empleado público, haya ocasionado que nuestro mandatario se vaya a invernar en la clínica los Olivos, cuando debiera ser la medicina tradicional de los callahuayas y otros jampiris, solucionen el problema, para ser coherente con lo que se vocifera y se practica, no. Pues, nada. Lo que pasa es que este gobierno se anda chupando la rueda. Dicen: “lo primero es la Constitución”. No tenemos Constitución, sino, no andaríamos improvisando todo. Lo que sí tenemos son leyes por aquí y por allá. Se improvisa todo el día y en todo. Hay que tener una Constitución.
Yo creo que Morales y García Linera, no lograrán sostener por largo tiempo todo su retrosocialismo, que ya fue asimilado y superado décadas atrás. Sólo el uso extremo de viejas tácticas carniceras, militares, terroristas, sostienen por ahora el abombado discurso liberal de la izquierda nacional. Los problemas del país, no se resuelven contando los dedos de la mano ni siquiera con una Constitución ni un marco legal brillante.
García Linera está pálido. Porque ya se le ha empezado a desteñir en purísima el azul de la bandera masista. Sabemos que el Vice lleva una Constitución en el bolsillo derecho del terno y, dicen los contraespias, que también allí esconde una pistola. La izquierda que representan, no ha hecho más que levantar estandartes por todas partes y sacar cuerpos incorruptos y sexys como símbolos del cambio.
Por alguna galaxia desconocida gira el planeta oscuro del Estado Plurinacional, embadurnado de coca. Por esa razón, digo yo, ni Morales ni García Linera, son exactamente la gran izquierda nacional, sino sólo la pequeña izquierda pequeño burguesa, la de los chicos pawer, que nada más buscan convencer a los capitalistas a que se porten bien, o les espera la cárcel.
La gran izquierda propiamente dicha y propiamente grande, no usa corbata ni trajes oscuros de condes, mucho menos trapos de 500 dólares americanos, tampoco automóviles ni aviones ejecutivos, peor aún se mezclan con el narcotráfico. Y si los pontífices de la pequeño burguesa izquierdosa, no toman en cuenta a la gran izquierda de abarcas de goma, campesina, provinciana, les va ha devorar la gran derecha, que anda escondida por ahí. Esto les iba yo a decir, cuando me salen con eso de que soy racista. Joder, no.

Iván Castro AruzamenTeólogo y filósofo

jueves, 4 de noviembre de 2010

EL ROCHA Y LOS PERROS

EL ROCHA Y LOS PERROS

He pasado a ver el otrora caudaloso río Rocha de Cochabamba. Y venían conmigo, Alcides Arguedas, Antonio Díaz Villamil y Marcelo Quiroga Santa Cruz. El hilo de agua negra que se desliza por su curso, le ha arruinado la primera ceremonia al Señor Alcalde Municipal. A la altura de la Recoleta y el Aeropuerto, el río no es más que un charco de color de perro muerto, putrefacto y escaso

Y me pregunto: ¿qué ve el Rocha en su paso, ahora con ojos de perro azul? Ve la demolición de la ciudad, que se ha llenado de condominios y rascacielos y se ha cementizado. Pero, sobre todo, observa una democracia maltratada por dentro y por fuera. A orillas del Rocha, la otra mañana, meditaban García Linera y Evo Morales, qué explicación darle al pueblo, mientras los precios de la carne, el azúcar, el aceite, la harina, se elevan a niveles cósmicos y del primer mundo. También mira el Rocha, en su espejo oscuro y putrefacto, al errabundo Presidente del Estado Pluri y su Vice, impávidos, ante el dolor de los más pobres. Sobre las aguas del Rocha, se reflejan llorosos los chicos del gobierno, gimiendo su post fracaso socialista. Por el espejo del Rocha desfilan embarrados de ineficiencia y cargados de negocios, los niños de la izquierda pequeño burguesa.

El río les ha capturado a muchos masistas, asistiendo a la compraventa de monedas del Banco Central, para invertirlas en las inflacionarias empresas estatales, el narcotráfico y el contrabando, en bienes inmuebles, oro y litio. El Rocha no es ya el río que nos arrastra, nos lleva como ha Heráclito, sino sólo un riachuelo que nos deja y se aleja entre los edificios.

¿Qué lleva el Rocha? No lleva ya ni versos ni siquiera Otra vez marzo. Lleva por ahora la imagen de nuestros mandatarios que no acaban de quererse ni trenzarse en abrazos eternos. Podría preguntarle muchas cosas a las negras aguas del Rocha, pero no me contestarían nada. El río lo que sí guarda son perros y gatos y cleferos. Sé de una noble dama de las Camelias, que se ocupa de dar de comer a toda esa tribu de desarrapados. Los demás, los demás, los demás somos unos falsos indigentistas plurinacionales decadentes. Dicen por ahí, que el Presidente y Vice, han pensado muchas veces, arrojarse con una piedra de molino al cuello a este Nilo cochabambino como si fueran Ofelia. Y que por las noches se les aparecen Banzer, Pinochet, Somoza y hasta Hitler, para consolarles cariñosamente.

Iván Castro Aruzamen

Teólogo y filósofo