viernes, 2 de diciembre de 2011

VIDA TOLERABLE Y TIPNIS

VIDA TOLERABLE Y EL TIPNIS



Oponerse al gobierno hoy, a terminado siendo algo así como oponerse a que los marcianos invadan la tierra o los cocaleros y narcotraficantes dejen de producir la tan ansiada cocaína, negocio fácil y tan lucrativo igual que la industria de armas y/o trata y tráfico de personas. Posiblemente, ya muchos piensan que no vale la pena malgastar pólvora mojada en salvas gubernamentales. De todos modos, los pocos que aún se –nos– atreven a dispararle al gobierno, si bien es como salir a la caza de palomas y encontrarse nada más con buitres, caranchos y otras aves de rapiña, es por convicción crítica.

Por suerte todavía quedan personas en este país, que se oponen a los comunistas, socialistas, izquierdistas, pseudoindigenistas y otros chunchólogos, por las mismas razones que se enfrentan a los resabios encarnizados de neoliberales, capitalistas, proyanquis, gonistas, juanmiedistas… Así como madura el panorama político de este estado (proyecto) plurinacional para hoy o para mañana, oponerse a los gerifaltes masistas del gobierno puede parecer una manera elegante de perder el tiempo; pero, no. Aunque algunos piensen así, luego de la masacre de Yucumo, ha germinado una nueva conciencia política; los prometeos encadenados y masquineados de la marcha indígena, tras enfrentarse al gobierno igual que David frente a Goliat o los 300 indígenas frente a las huestes Evistas (Jerjes)… no necesitan fundar un partido o una asociación política, nada, ya tienen la suya, una visión política de país construida más allá de lo pluri; los prometeos del TIPNIS han sentado las bases de un Estado heterogéneo, mezclado, contaminado e híbrido, rebasando lo individual (liberal) y el colectivismo (socialismo).

Gracias a los nuevos prometeos encadenados, a la cabeza de Adolfo Chávez (Presidente de la CIDOB) y Pedro Nuny (Diputado de la bancada indígena), los comunistas e indianistas del gobierno han empezado a sentir la necesidad de educarse aunque se les ha nublado la razón (¿acaso alguna vez recurrieron a ella?).

¿De dónde les vino a los indígenas la fuerza para seguir adelante? A pesar de las acusaciones del Presi de que querían desestabilizar su floja gestión; lo que les animó fue el discurso del cuerpo, los pies ampollados y la familia a cuestas. Ricardo Piglia escribió en Respiración artificial: "Existen millones de hombres que nunca tienen acceso a la palabra, es decir, que no tienen la posibilidad de expresar públicamente sus ideas en un discurso que sea oído y transcrito taquigráficamente. Por otro lado están los que actúan, ellos están antes que las palabras, porque el discurso de su acción es hablada en el cuerpo". Eso hicieron los indígenas, mostrándoles a los actuales gobernantes cómo se deber ser coherente con el discurso y la acción. Es hora ya de que García Linera y Evo Morales empiecen a desodorarse el rabo con Baygón y cortarse las uñas con escofina.

Los indígenas con sus carpas, sus hijos, sus mujeres, la mochila y sus flechas, sí que habían sabido cruzar el país de este a oeste y de norte a sur para conocerlo en su interioridad. Por ahí escuché a un analista político de izquierdas (Hugo Moldis) que la ley corta nada más fue una coartada política para salir del paso. Qué bien, pero, no hay ley ni acción política que borre el discurso del cuerpo de los indígenas del TIPNIS. Mientras escribo estas notas, escucho la voz infinita de Lila Downs (Paloma negra, La llorona…) y recuerdo eso que escribió Henry Miller en Trópico de cáncer: “Todo se soporta -ignominia, humillación, pobreza, crimen, ennui- gracias al convencimiento de que de la noche a la mañana algo ocurrirá, un milagro, que vuelva la vida tolerable”. Y los indígenas, creo, en su marcha del cuerpo por los tórridos caminos del Norte de la Paz, sólo buscaron que la vida en este país sea más tolerable, nada más.



Iván Castro Aruzamen

Teólogo y filósofo