NUEVA CONCIENCIA DEMOCRÁTICA
Los cambios que propuso el Movimiento al Socialismo, hasta ahora, se han traducido en un aparato estatal cada vez más ineficiente y una creciente burocratización; asimismo, es notorio el "prevendalismo familiar" y la "retribución de favores"; personajes que fueron en algún momento observados o pesa alguna sospecha de malversación, tras un período de vacaciones, se los vuelve a acomodar en algunos parajes, –sobre todo, si trata de retribuir lealtades– como las embajadas, superintendecias, ministerios; y cuando se trata de peces gordos del gobierno (por ejemplo, el empresario, Salvador Ric, de los muchos que fueron premiados en otros lares) se busca un reacomodo dentro de la estructura del Estado; y no puede ser de otra manera, porque todo Estado de corte comunitario, tiende a engordar paulatinamente, al tiempo que, sectores estratégicos y subestratégicos empiezan a cobrar las cuotas de poder, que en derecho creen que les pertenece por su apoyo electoral.
Interesa poco si en este momento el MAS y sus aliados conforman un bloque partidario, o se desenvuelven en la lógica de la espontaneidad, lo cual parece ser uno de los principios de quienes se han hecho con el poder, utilizando a las masas de octubre; cabría sí hacerse una pregunta que puede orientar nuestra percepción política ¿Hacía dónde va Bolivia? Por supuesto, que adentrarnos en la respuesta a la misma, supone, conocer de dónde viene la nación y el Estado que nos ha tocado sopesar como generación. "El tesoro de las guerras" por el poder (Homero Carvalho Oliva) que llevamos anidado, no sólo en el imaginario social sino también en el inconsciente individual, condujo a la construcción de un Estado sin nación (es) y que trajo consigo, no solamente la exclusión de pueblos y culturas diversas en el concierto político de las decisiones, sino que además, nos arrastró a la más completa ignorancia democrática. Si hoy, reclaman a voz en cuello, algunos culitos blancos, muy blancos, como García Linera o Sacha Llorenti, o los Peredo al lado de Fabián Yarsic, la visibilización de los que otrora fueron invisibles en el rostro del Estado, más allá de lo cómico, aparece la absoluta hipocresía de todo "prostituto sagrado", que mientras tiene el estómago lleno, es capaz de hablar de pobreza, y hasta llega el caso de pretender la liberación de los oprimidos; de una vez por todas, debemos entender, que si los desposeídos y los hambrientos deben transformar la historia, que sean ellos y no otros; por lo menos, y seguro, existen neoliberales o capitalistas, imperialistas, cualesquiera sea el adjetivo que se les ponga, aún a sabiendas que la lógica perversa del mercado no da cabida a humanismo alguno, saben que arrogarse la voz de los pobres, es una larga mentira y que la mejor manera de colaborar en el desarrollo de las capacidades de los ciudadanos, no es sino entregarles la caña de pescar para que aprendan a coger el pez más grande; los pobres, a pesar del discurso oficialista, continúan tan invisibles y famélicos como hace medio siglo; esos que aparecen haciendo ondear una "wiphala" o la banderita del MAS, no son pobres ni mucho menos, son los que ahora viven a costillas del Estado benefactor; "los pobres entre los pobres" saben que Evo Morales viste trajes diseñados exclusivamente para él y a precios exorbitantes, saben que los trajecitos de García Linera, si no son de Julios, tienen que ser de corte ingles e importados; los pobres que han perdido hasta la esperanza, no tienen ni siquiera dónde reclinar la cabeza; de ahí que muchos pobres, para arropar (se) a sus hijos no tengan más que recurrir a ropa deshecha por los países industrializados, a un boliviano la prenda; los pobres más pobres se suben al micro, al trufi o taxi trufi, pero, nunca los he visto en coches modelo 2004 -2005, porque esos sólo se los consigue a punta de narcotráfico, o siendo dirigente del MAS; los pobres entre los pobres si sobreviven en medio de la pobreza, sobreviven con vísceras de ganado vacuno, porcino, lanar, porque su economía no da para más.
El país de mañana, debe consolidar un camino nuevo, con una nueva forma de ver la realidad: "no como fue la neoliberal" de los emenerristas, miristas, podemistas, pero, tampoco "la socialista" de los masistas, sin miedistas, o toda la gama de movimientos sociales, unos con razón y otros, no; ya empieza a emerger una nueva conciencia democrática, que no renunciará al Estado multinacional, a las Autonomías, a la inclusión de los más pobres en las políticas de gobierno, al rol protagónico de las mujeres, la inviolabilidad de los derechos humanos, y la apuesta por un proyecto de justicia (derecho). El Estado multinacional es una realidad, que poco a poco irá devorando a los que quisieron quedarse en el poder "ad infinitun"; aunque sabemos, que en el fondo, el reconocimiento de la diversidad no es condición para la paz perpetua, sólo la respuesta de por qué los bolivianos, superando nuestros antagonismo, queremos vivir juntos, nos dará el termómetro y el norte del futuro y el advenimiento o no de una identidad nacional, por encima de las identidades nacionales, que nos haga sentirnos bolivianos además "de".
Iván Castro Aruzamen
Teólogo y filósofo
Profesor de derechos humanos
Los cambios que propuso el Movimiento al Socialismo, hasta ahora, se han traducido en un aparato estatal cada vez más ineficiente y una creciente burocratización; asimismo, es notorio el "prevendalismo familiar" y la "retribución de favores"; personajes que fueron en algún momento observados o pesa alguna sospecha de malversación, tras un período de vacaciones, se los vuelve a acomodar en algunos parajes, –sobre todo, si trata de retribuir lealtades– como las embajadas, superintendecias, ministerios; y cuando se trata de peces gordos del gobierno (por ejemplo, el empresario, Salvador Ric, de los muchos que fueron premiados en otros lares) se busca un reacomodo dentro de la estructura del Estado; y no puede ser de otra manera, porque todo Estado de corte comunitario, tiende a engordar paulatinamente, al tiempo que, sectores estratégicos y subestratégicos empiezan a cobrar las cuotas de poder, que en derecho creen que les pertenece por su apoyo electoral.
Interesa poco si en este momento el MAS y sus aliados conforman un bloque partidario, o se desenvuelven en la lógica de la espontaneidad, lo cual parece ser uno de los principios de quienes se han hecho con el poder, utilizando a las masas de octubre; cabría sí hacerse una pregunta que puede orientar nuestra percepción política ¿Hacía dónde va Bolivia? Por supuesto, que adentrarnos en la respuesta a la misma, supone, conocer de dónde viene la nación y el Estado que nos ha tocado sopesar como generación. "El tesoro de las guerras" por el poder (Homero Carvalho Oliva) que llevamos anidado, no sólo en el imaginario social sino también en el inconsciente individual, condujo a la construcción de un Estado sin nación (es) y que trajo consigo, no solamente la exclusión de pueblos y culturas diversas en el concierto político de las decisiones, sino que además, nos arrastró a la más completa ignorancia democrática. Si hoy, reclaman a voz en cuello, algunos culitos blancos, muy blancos, como García Linera o Sacha Llorenti, o los Peredo al lado de Fabián Yarsic, la visibilización de los que otrora fueron invisibles en el rostro del Estado, más allá de lo cómico, aparece la absoluta hipocresía de todo "prostituto sagrado", que mientras tiene el estómago lleno, es capaz de hablar de pobreza, y hasta llega el caso de pretender la liberación de los oprimidos; de una vez por todas, debemos entender, que si los desposeídos y los hambrientos deben transformar la historia, que sean ellos y no otros; por lo menos, y seguro, existen neoliberales o capitalistas, imperialistas, cualesquiera sea el adjetivo que se les ponga, aún a sabiendas que la lógica perversa del mercado no da cabida a humanismo alguno, saben que arrogarse la voz de los pobres, es una larga mentira y que la mejor manera de colaborar en el desarrollo de las capacidades de los ciudadanos, no es sino entregarles la caña de pescar para que aprendan a coger el pez más grande; los pobres, a pesar del discurso oficialista, continúan tan invisibles y famélicos como hace medio siglo; esos que aparecen haciendo ondear una "wiphala" o la banderita del MAS, no son pobres ni mucho menos, son los que ahora viven a costillas del Estado benefactor; "los pobres entre los pobres" saben que Evo Morales viste trajes diseñados exclusivamente para él y a precios exorbitantes, saben que los trajecitos de García Linera, si no son de Julios, tienen que ser de corte ingles e importados; los pobres que han perdido hasta la esperanza, no tienen ni siquiera dónde reclinar la cabeza; de ahí que muchos pobres, para arropar (se) a sus hijos no tengan más que recurrir a ropa deshecha por los países industrializados, a un boliviano la prenda; los pobres más pobres se suben al micro, al trufi o taxi trufi, pero, nunca los he visto en coches modelo 2004 -2005, porque esos sólo se los consigue a punta de narcotráfico, o siendo dirigente del MAS; los pobres entre los pobres si sobreviven en medio de la pobreza, sobreviven con vísceras de ganado vacuno, porcino, lanar, porque su economía no da para más.
El país de mañana, debe consolidar un camino nuevo, con una nueva forma de ver la realidad: "no como fue la neoliberal" de los emenerristas, miristas, podemistas, pero, tampoco "la socialista" de los masistas, sin miedistas, o toda la gama de movimientos sociales, unos con razón y otros, no; ya empieza a emerger una nueva conciencia democrática, que no renunciará al Estado multinacional, a las Autonomías, a la inclusión de los más pobres en las políticas de gobierno, al rol protagónico de las mujeres, la inviolabilidad de los derechos humanos, y la apuesta por un proyecto de justicia (derecho). El Estado multinacional es una realidad, que poco a poco irá devorando a los que quisieron quedarse en el poder "ad infinitun"; aunque sabemos, que en el fondo, el reconocimiento de la diversidad no es condición para la paz perpetua, sólo la respuesta de por qué los bolivianos, superando nuestros antagonismo, queremos vivir juntos, nos dará el termómetro y el norte del futuro y el advenimiento o no de una identidad nacional, por encima de las identidades nacionales, que nos haga sentirnos bolivianos además "de".
Iván Castro Aruzamen
Teólogo y filósofo
Profesor de derechos humanos
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